Antes
de empezar me gustaría hacer referencia a una frase que dijo el músico Phil Collins: “Aprendiendo enseñarás y enseñando aprenderás” la cual puede definir mi paso de
ser un alumno a profesor en prácticas. Buen sabor de boca al disfrutar dos
meses en el Colegio Nuestra Señora del Carmen después de haber estado 13 años
siendo alumno, buenas sensaciones de prácticas gracias a la ayuda de los
profesores y de los alumnos que me acogieron como a uno más a pesar de mi corta
estancia.
Es
difícil volver al colegio de mi infancia y no sentarme en un pupitre con los
demás niños si no como profesor. Muchos nervios el primer día por no saber como
iba a ser aquello, pero tuve la suerte de compartir clases con David, que fue mi tutor de prácticas, aparte de
enseñarme como profesor me demostró que es una gran persona tanto dentro como
fuera del aula de ahí que los niños le adoren.
También
pude compartir experiencias con otros profesores de Primaria como Rebeca,
Verónica, Alberto... que hicieron que me sintiera muy cómodo y me ayudaron en
todo lo posible. Muchos recuerdos inundaron mi cabeza durante los meses que
permanecí en el colegio de cuando yo estudiaba allí y poder ver por los
pasillos y hablar con mis antiguos profesores pero desde una perspectiva
distinta.
El
colegio mantiene su esencia y sus valores pero con la incorporación de una
educación innovadora que pude aprender y disfrutar a diario con David y su
aprendizaje cooperativo con técnicas como “lápices al centro” que eran
desconocidas para mí y vi como surtían efecto en los niños. También pude
asistir al campeonato de robótica en el que la motivación y el esfuerzo de los
alumnos fueron los ingredientes perfectos para la victoria en los premios que
se llevaron.
El
tiempo es oro y a mi se me pasaba volando como quien dice al entrar por la
puerta pequeña todas las mañanas, tenía que aprovechar al máximo esos dos meses
ya que son muy valiosos para mi educación.
Los
últimos días sabía que no quedaba nada
para volver a la Universidad y gracias a las directoras pude ir con los
niños a la Inmersión donde conocí a los alumnos de una forma más cercana
después de ayudar en el colegio con las jornadas deportivas, talleres y en
definitiva en lo que pude.
Me
gustaría repetir estos dos meses por todo lo aprendido y disfrutado. Me voy con
la cabeza alta y llena de nuevos conocimientos debido a todos los que forman
este colegio.
Solo
me queda decir MUCHAS GRACIAS A TODOS.